martes, 3 de junio de 2008

f(x) = a · x^2 + b · x + c

Habló el maestro, y estas fueron sus palabras:

Un animal, cansado de las luchas instintivas de los animales salvajes con los que compartía el bosque, salí en busca de un nuevo lugar donde reposar.
Se encontró con otros animales que huían de bosques similares al suyo, y juntos entraron en un edén virgen, donde todo era nuevo para ellos.
En él se quedaron prendados de las nuevas flores nunca vistas, de los caminos nunca transitados, de los árboles frutales nunca profanados y de los arroyos ocultos nunca descubiertos.
Vivió un tiempo feliz en compañía de otros animales descubriendo el nuevo edén.
Pero pasó el tiempo.
Y se cansaron de las flores tiempo atrás marchitadas, de los caminos mil veces recorridos, de los árboles saqueados, de los arroyos ya por todos conocidos.
Lo animales que le habían acompañado cedieron a sus instintos, se tornaron salvajes, y volvieron las luchas, y se mantuvo apartado de ellos.
Se lamentaba a Dios de lo desgraciado de su situación, a lo que Dios le respondió:
"¿Acaso plantaste nuevas flores, abriste nuevos caminos, repusiste los árboles o cuidaste de que los arroyos ocultos conservaran su encanto? ¿Quién eres pues, para lamentarte?"
Y el animal bajo la vista avergonzado, y salió de aquel desgastado edén para buscar otro donde recomenzar.
Pero cada vez que entraba en un nuevo edén al conocer a los animales que lo habitaban, también se alejaba de ellos pues vaticinaba que también se volverían salvajes.
Nuca encontró la fuerza para plantar flores, abrir caminos, reponer árboles o cuidar arroyos.
Al final acabó alejándose de los edenes que veía antes incluso de entrar en ellos.
Y así vagabundeó toda su vida, mientras que los animales que lo veían en la lejanía murmuraban:
"Allí va el animal más salvaje de todos nosotros"

2 comentarios:

María dijo...

fantástico Moisés!! me ha encantado!

Anónimo dijo...

:)