viernes, 10 de octubre de 2008

Pesadillas

Medio dormido, sin ser todavía capaz de abrir los ojos del todo, empiezo a notar que algo esta fuera de lugar. Acostumbrado a despertarme en penumbra y encajonado (entre la pared de la cabecera, la pared en un lado y la litera de arriba apenas a medio metro sobre mi cabeza) la luminosidad y amplitud que se adivinan tras los párpados me dicen que acabo de amanecer en una cama ajena, pero por más que me esfuerzo mi mente a medio funcionar es incapaz de recordar que ha sucedido la noche anterior. Sin atreverme aún a mirar intento incorporarme, pero noto el cuerpo cansado y las sábanas se me han enredado en un brazo. El mal despertar, la luz que me ciega y el no saber donde me encuentro me llevan descargar mi creciente enfado dando un tirón con el brazo para liberarlo, cuando una repentina punzada de dolor proveniente de él me hace abrir los ojos de golpe y me despeja como no lo habría logrado un cubo de agua.




No sé si grito de sorpresa. La luminosidad y amplitud que había notado se deben a que mi cama se encuentra en medio de una habitación donde prácticamente todo es blanco. La sorpresa pasa rápidamente a una sensación de familiaridad ya que debido a mi experiencia como sanitario apenas tardo unos segundos en darme cuenta de que me encuentro en una habitación de observación en un hospital. Me voy calmando a medida que repaso mentalmente los elementos que me rodean: el monitor del electro, las balas de oxígeno, el soporte con el suero y el sistema de vías conectado, la vía que me he arrancado al dar el tirón con el brazo, el pulsiosi... un momento. A ver, que se me está pasando algo por alto. Vaya, al arrancarme la vía ha salpicado sangre. No acabo de entender porqué se usa el blanco, pues a pesar de la sensación de limpieza que ofrece la sangre resalta demasiado sobre él. Sigo divagando con la vista fija en la mancha. Recuerdo haber aprendido que centrarse en algo obviando lo de alrededor es a lo que se le llamaba efecto túnel. Pero no es eso lo que estoy buscando. A ver como era. Ah sí, algo como no sé que de negación, cuando el paciente no es capaz de asimilar la situación en la que se encuentra.

¿Situación del paciente?

La realidad me golpea como una maza. Estoy en un hospital, pero del lado equivocado. El paciente soy yo. ¿Qué diablos hago en una cama de observación? Antes de que la pregunta me lleve a un ataque de pánico echo mano de la disciplina adquirida. Repaso mi estado físico. Me molesta el brazo, pero eso es obvio, acabo de arrancarme una aguja de él. El asunto es que simplemente me molesta cuando debería dolerme, así que llego a mi primera conclusión, supongo que estoy bajos los efectos de algún tipo de analgésico o calmante. El estomago lo noto revuelto, pero también tengo mucha hambre, así que será que simplemente no he comido nada en un tiempo y lo tengo vacío. Me noto algo mareado y desorientado, pero me acabo de despertar así que es normal. Mientras pienso eso instintivamente me llevo la mano a la cabeza. Una venda. Que yo recuerde no suelo llevar vendas en la cabeza, así que va a ser que he encontrado el motivo por el que estoy aquí. Un traumatismo craneal. Claro, que también puede ser el post-operatorio de algún tipo de embolia. O de un derrame. O de un hemangioma cerebral. Mierda. El que dijo que el conocimiento da seguridad mentía como un bellaco. Vaya expresión más arcaica me ha salido. Vuelvo a alejarme de la realidad perdido en pensamientos sin sentido sobre el lenguaje de Cervantes.

De repente la entrada de una enfermera en la habitación me devuelve al primer plano material. Aunque me hayan parecido siglos no debe de haber pasado más de un minuto desde que desperté. Y según la veo entrar por lo menos se despeja una de mis dudas: su cara de preocupación deja claro que realmente había llegado a gritar al arrancarme la vía. Sonrío al darme cuenta de que no sé que va a ser más surrealista, si el interrogatorio que le voy a hacer yo a ella o el que me a hacer ella a mí...


Continua...


4 comentarios:

María dijo...

es un sueño?? un relato de tu imaginación?? no ha pasado nada de eso verdad??

Moisés dijo...

En principio la respuesta afirmativa sería la de la primera pregunta (pensé que el título sería autoexplicativo), la de la segunda también (del original al relato hay un buen trecho y bastantes retoques, ya sabes como me gusta matizar y alargar cualquier cosa que escribo), y respecto a la tercera, tranquila, no me ha pasado nada como eso (aunque soy seguidor de Freud, los sueños son representaciones del subconsciente sobre nuesros deseos y miedos, inspirados en hechos reales).

María dijo...

aysssssss :)

Anónimo dijo...

Moisés!!!

Cuando continua!!!!!

Escribes genial!!!

F.