Pongámonos en una situación bastante típica: nos encontramos bien cenando en casa de los suegros bien de tapas con los amigos. Alguien, por un motivo indefinido, se atraganta y empieza a toser. Esto desemboca siempre en una ley inmutable de acción y reacción: una de las personas que se encuentre a su lado actuará dedicándose a darle palmadas en la espalda y otra de las personas reaccionará diciendo el clásico "cuando una persona se atraganta nunca hay que golpearla en la espalda". Porque todos sabemos que nunca hay que golpear en la espalda a una persona que se atraganta.
¿Estamos seguros?
En caso afirmativo, de lo que sí estoy seguro es que os quedaríais como mínimo desconcertados si hubiera que llamar a los servicios de emergencia (ojalá nunca tengáis que hacerlo) y estos al llegar se dedicasen a machacarle la espalda. En serio. Ya que, en contra de la creencia generalizada, lo primero que se le hace a una persona atragantada antes de recurrir a la maniobra Heimlich es golpearle la espalda.
Maticemos un poco lo de "golpear la espalda". Las palmadas en el omóplato, que son las que se realizan por instinto, no sirven para nada, no os vayáis a llevar a engaño. El procedimiento de emergencia consiste en "golpes secos interescapulares con el talón de la mano", lo que viene a ser en la región entre los omóplatos. Podéis encontrar el procedimiento completo en Internet, así como el de todo tipo de actuaciones en caso de emergencia. En vez de tanto debate sobre la religión o la ciudadanía como asignaturas lo que se debería incluir es algún que otro cursillo sobre como actuar en caso de emergencias, ya que si preguntas a los espectadores de una emergencia en la que se hubiesen salvado vidas de haber intervenido por qué no actuaron, más que el miedo o la falta de ganas de cooperar la respuesta más difundida es el "no sabía que hacer".
De todos modos lo que quería destacar hoy no es la falta de conocimientos de primeros auxilios y su necesidad o falta de ella, que es un tema que da para mucho. Retomando el comienzo que levanten la mano aquellos que se hubiesen apostado por el "nunca hay que golpear la espalda de un atragantado". Porque todos hemos oído alguna vez esta afirmación y la hemos dado por correcta sin planteárnoslo.
Obviamente este es un ejemplo un poco rebuscado, pero es algo que pasa en ocasiones: tomamos nuestras decisiones en base a suposiciones incorrectas. A veces nuestros razonamientos parten del "se supone que", ya que damos por ciertas muchas cosas cuando no tienen por que serlo. Es necesario replantease de vez en cuando en que no estamos basando, sobretodo en aquellas ocasiones en las que no hacemos algo que queremos porque suponemos que no podemos hacerlo.
Eso sí, tampoco es plan de ponerse a cuestionarlo todo, de preguntarse por cada principio, de querer asegurarse por uno mismo de todas las cosas, de la búsqueda de la perfección. Al fin y al cabo, nunca se puede estar del todo seguro. Ni se puede pretender saberlo todo. Simplemente en buscar respuestas más allá del conformismo.
Y como de costumbre, nada nos asegura que no lo estemos empeorando. En el ejemplo del principio, ¿quién nos asegura que realmente ese procedimiento es válido? A los que respondan que son los entendidos de la materia les ruego que comiencen el debate con los que opinan que si fuese por los supuestos entendidos del pasado la Tierra seguiría siendo plana.
2 comentarios:
cierto que se deberían impartir unos conocimientos básicos para actuar en caso de emergencia
yo si hubiera golpeado la espalda pensando que es lo mejor, pero probablemente lo habría hecho mal
me encantó el paralelismo a lo que damos "por supuesto" :)
Espero que nadie se atragante.
Forlus
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